Época: China
Inicio: Año 7000 A. C.
Fin: Año 4000 D.C.

Antecedente:
Nacimiento de la civilización china

(C) Isabel Cervera



Comentario

El desarrollo del jade en este período intermedio entre la Edad de Piedra y la Edad del Bronce está ligado con los ritos y el poder de los chamanes por lo que algunos autores consideran que se puede hablar de este período como la Edad del Jade.
La nefrita (silicato de calcio y manganeso) es el verdadero jade, frente a la jadeíta (silicato de sodio y aluminio) de color verduzco y calidad inferior, con la que se suele confundir el material. Es a la nefrita a quien se atribuyen orígenes sobrenaturales, siendo también principio de vitalidad (yang), utilizado en los ritos como emblema de rango y autoridad. La nefrita no se encuentra en China y desde los orígenes de su fabricación se extraía del Khotán (antiguo Turkestán) cerca de las montañas Kunlun, lugar de residencia de la Reina Madre de Occidente (Xi Wang Mu).

Esta divinidad femenina aparece citada por primera vez en las inscripciones en hueso de la dinastía Shang, así como en textos filosóficos de la dinastía Zhou del Este (770-256 a. C.) como un símbolo de inmortalidad y felicidad en la tierra. Los montes Kunlun están asimismo asociados a la inmortalidad, de ahí que, por analogía y por las supuestas propiedades curativas del jade (cura el mal de quijada), se asociara este material a los ritos funerarios.

Xu Shen, autor del "Shuowen Jiezi" o "Diccionario Etimológico de la dinastía Han", recoge en su definición la simbología del jade: "El jade es la piedra más fina. A él se asocian cinco virtudes. La caridad por su lustre, brillante pero sin deslumbrar; rectitud por su trasparencia al revelar el color y sus vetas; sabiduría por su pureza y la penetrante calidad de su sonido; valor porque se rompe, pero no se pliega, y justicia porque sus bordes afilados no hieren".

La técnica de pulir el jade conlleva un proceso largo y costoso debido a su dureza y a su falta de ductibilidad. En un principio se cortaba manualmente con la ayuda de un palo de hueso o de bambú, recubriendo su superficie con un ungüento grasiento mezclado con abrasivo en polvo (arenas de cuarzo), único medio para dar forma a la piedra original. Hacia el siglo XV a. C. el jade se trabajó con una herramienta denominada cuchillo mágico, pues en su punta llevaba un diamante o corindón utilizado como taladro; a este método se añadió posteriormente el movimiento rotatorio por medio de un pedal.

Hacia el 3500 en Manchuria abundaron las piezas llamadas "Zhulong" (cerdo-dragón), de tamaño pequeño, con un color verduzco y bien pulimentadas; las dos figuras del cerdo y dragón se unen en una forma circular con un agujero central. En ella se distinguen los ojos, orejas e incluso la boca. El "Zhulong" está simbólicamente asociado a los ritos de fertilidad, por haberse encontrado junto a unas pequeñas figuras femeninas en cerámica del mismo uso, así como por asociar el dragón con la lluvia (fertilidad del suelo) y al cerdo como base de su alimentación.

Las culturas de Dawenkou y Longshan muestran, por el contrario, piezas ornamentales de jade formando cadenas, así como insignias de rango (chang), en forma de media luna y máscaras con rasgos semihumanos. Junto a estas pequeñas piezas se han encontrado, ligadas a ceremonias funerarias, dos formas denominadas cong y bi, realizadas tanto en piedra como en jade. El bi es un anillo de jade blanco, perforado en su parte central, definido en el diccionario "Shuowen Jiezi" (siglo I d. C.) como "un anillo auspicioso circular, con el disco de doble tamaño que el agujero central". Su uso, además de estar asociado con el ritual, denota una categoría social, lo que explica que muchos de ellos se encontraran en tumbas imperiales. Estas piezas se colocaban sobre los siete orificios que se practicaban al cadáver: sobre el pecho un bi, a su derecha un cetro guei, a los pies un semicírculo huang, en la cabeza un chang, en la boca un han en forma de cigarra, símbolo de la nueva vida junto a un puñado de arroz. La forma circular del bi se asocia con el cielo y su superficie no mostró ninguna decoración hasta la época de los Estados Combatientes (420-221 a. C.), apareciendo la superficie granulada con una decoración de animales, coincidiendo con la pérdida del significado ritual de los jades.

El cong tiene forma circular en su interior y rectangular en el exterior; son tubulares con una cavidad en su interior penetrable de principio a fin. Solían estar decorados en su exterior con caras de animales. Si bien la mayoría estaban hechos en jade, se han encontrado algunos en piedra, procediendo en ambos casos de enterramientos. Al igual que el bi, el cong se utilizaba en las ceremonias como un instrumento en la comunicación entre cielo y tierra, así como un símbolo de poder. Estas piezas nos hablan de cómo a fines del Neolítico emerge una clase social más privilegiada, en la cual el chamán no sólo oficia el rito, sino que a través de él ejerce el poder, uniendo en la simbología de la pieza arte-religión-política.

En épocas posteriores (dinastías Shang y Zhou), siguieron utilizándose tanto el bi como el cong, aunque sus funciones rituales van a ser reemplazadas por el bronce y su exterior no va a estar decorado con animales como a finales del Neolítico, sustituyéndose por incisiones en el exterior que hacen referencia a los trigramas del "I Jing" o "Libro de los Cambios", aumentando con ello la longitud de la pieza.